Las amenazas híbridas contra las empresas han existido | Te contamos qué hacer
Las organizaciones han estado expuestas a lo que hoy en día conocemos como amenazas híbridas. No obstante, a diferencia de las guerras, en el ámbito empresarial no puede haber enemigos en su concepto estricto, ya que no se puede eliminar ni destruir físicamente a una compañía contraria por métodos directos.
Lo que sí existen son empresas que se identifican mutuamente como adversarias y su rivalidad puede escalar y mantenerse con el tiempo. Esto hace que los competidores luchen entre sí de forma permanente, pero siempre cambiando sus estrategias.
En ocasiones, pueden colaborar en proyectos comunes o establecer alianzas temporales. La dinámica de las relaciones entre compañías evoluciona con el tiempo, llevándolas a compartir intereses estratégicos por un tiempo definido, cuya duración y efecto en la economía es difícil de predecir.
La globalización y la digitalización vienen determinando de forma cada vez más clara la manera en la que nos relacionamos, como personas, como Estados y como organizaciones. La globalización y la digitalización están marcando fuertemente la percepción que se tiene sobre los riesgos y amenazas que existen en el área empresarial.
Esto genera la sensación de que los 2 fenómenos antes mencionados son nuevos o su aparición es reciente. Por lo general, muchas de las amenazas no son para nada nuevas, lo que sí es cierto es que se han generalizado y se han vuelto más asequibles para los múltiples actores maliciosos que las desarrollan.
Hoy en día las empresas enfrentan escenarios en donde están expuestas a riesgos y amenazas cada vez mayores, las cuales son difíciles de detectar, manejar y gestionar. Pero el hecho de que estas amenazas híbridas no estén presentes de manera abierta y no resulte sencillo hallar su origen, no significa que estas amenazas no se puedan combatir.
Frente a las amenazas híbridas, las organizaciones están tomando medidas para reforzar su ciberseguridad de forma realista. Esto significa que deben asumir que la seguridad informática es un proceso que cambia constantemente y no es un escenario fijo. También, se debe dejar en claro que el nivel de seguridad de cualquier producto, herramienta y solución, jamás será del 100%.
Algo que las compañías sí pueden hacer y deben hacerlo, es tratar de establecer dimensiones adecuadas del nivel de amenazas híbridas a las que están expuestas. Además, deben plantear escenarios que sean lo más realistas posible en los que dichas amenazas pueden concretarse y convertirse en un verdadero problema.
El diseño de respuestas rápidas y adecuadas para contrarrestar las amenazas es igual de importante. En este proceso de prevención y combate de amenazas híbridas, la inteligencia cobra un papel fundamental. En el terreno organizacional, la inteligencia puede traducirse en seguridad orientada al objetivo de continuidad del negocio de la empresa.
Es así como la utilización de tácticas, técnicas y procedimientos o TTP de inteligencia, las compañías pueden anticipar la detección de riesgos o amenazas híbridas en su fase primaria de planificación, por lo que se actúa antes de que pueda materializarse.
La fase de planificación es la más costosa para el atacante, debido a que es la que requiere de mayor dedicación para recabar la información con la que pueda detectar los elementos vulnerables o críticos de la empresa que va a atacarse. Es en estos casos en el que el empleo de la inteligencia por parte de las organizaciones aporta un efecto disuasorio de un valor incalculable.