La digitalización, acelerada por la pandemia del COVID-19, está obligando a millones de trabajadores a actualizar conocimientos informáticos. El problema es que, en la mayoría de los casos, estos conocimientos les resultan ajenos y en otros tantos, no tienen ni idea de lo que tienen que hacer.
También, la implementación del teletrabajo está obligando a las organizaciones a ser más selectivas en cuanto a la contratación de sus trabajadores. Cuando no hacen esto, se están exponiendo a graves riesgos.
Diversos expertos en ciberseguridad han destacado los riesgos del teletrabajo y los problemas de seguridad que pueden surgir debido a una configuración deficiente de los equipos y sistemas involucrados en esta nueva modalidad laboral.
Es importante comprender que, al enviar a los empleados a trabajar a sus casas, amplía la exposición de la infraestructura tecnológica de una organización si este proceso no se realiza adecuadamente, ya que el teletrabajo no debe tomarse a la ligera, según los expertos.
Ante esto, los especialistas concuerdan en que todo el personal debe ser concientizado sobre la necesidad de evitar comportamientos informáticos inadecuados durante el teletrabajo, como conectarse a sistemas de la empresa a través de redes inseguras, como las de aeropuertos, plazas o cafeterías.
También, se debe evitar utilizar equipos personales que no tengan las actualizaciones de seguridad, ya que estos pueden convertirse en puntos de entrada para ciberdelincuentes.
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Ejecutivos y líderes en ciberseguridad señalan la enorme necesidad y obligación de proporcionar estaciones de trabajo seguras para los empleados que opten por el teletrabajo. Cada puesto remoto debe considerarse una extensión de la empresa y contar con garantías adecuadas de seguridad.
Igualmente, confiar en los ordenadores y dispositivos personales de los trabajadores no es una opción, bajo ningún concepto, ya que si están infectados, podrían propagar malware y software malicioso por los sistemas de la compañía.
El gigante tecnológico Microsoft ha presentado recientemente Windows 365, para abordar los desafíos que enfrentan las organizaciones. Este servicio en la nube utiliza tanto la potencia de dicha nube como las capacidades del dispositivo para ofrecer una experiencia completa y personalizada de Windows.
Todas estas características se juntan en un entorno seguro construido según los principios de Zero Trust, (Confianza Cero). Esto permite facilitar modelos de trabajo híbridos en los que los empleados pueden trabajar tanto desde la oficina como desde cualquier lugar del mundo.
La cosa es sencilla; las compañías deben contar con servicios de ciberseguridad que brinden una visión integral para abordar los riesgos del teletrabajo. Se debe configurar correctamente los accesos VPN y las aplicaciones expuestas directamente a Internet, como las Intranets.
También, se recomienda segmentar adecuadamente las redes corporativas para minimizar los daños en caso de una intrusión y limitar el acceso de los trabajadores a los recursos y servidores estrictamente necesarios.
Resulta una prioridad establecer políticas de credenciales seguras, utilizando contraseñas sólidas y autenticación de dos factores. Además, se deben realizar auditorías de seguridad constantes en apps y sistemas.
Esto para enfrentar las amenazas y garantizar los pilares que soportan el teletrabajo en la actualidad: disponibilidad, autenticidad, integridad, confidencialidad y trazabilidad. Por ello, el trabajo remoto es un fenómeno que llegó para quedarse, siempre y cuando se ejecute de manera correcta.